Author: Blanca
•12:52







Cualquiera que haya convivido con un animal, me refiero a los más comunes y domésticos, gato, perro, cualquier pajarito, sabe que sienten y padecen. Si se les deja solos, si se les riñe, si no se les da comida a su hora, si no se les saca de paseo, sufren y, lo más importante para el que lo quiera ver, lo demuestran, así como demuestran auténtico amor por sus "amos".




El que diga que los toros no sufren, con argumentos peregrinos, como pueden ser que no tienen terminaciones nerviosas, que carecen de empatía, que se va a extinguir una especie, enfín, un cúmulo de cosas que cualquiera puede escuchar o leer, simplemente es inhumano.



El toro sufre, tiene miedo, terror ante lo desconocido. Le duele que le corten los cuernos, que le acosen, que le pinchen con cualquier instrumento cortante o punzante. Se desangra vivo ante los ojos de miles de personas que carecen del más mínimo sentimiento, amparados en las bondades estéticas de una fiesta anacrónica.


Y qué decir de los miles de pueblos bárbaros que tiran carneros desde el campanario, ahorcan patos o gallinas, tiran cerdos al mar, corren delante de los toros, los alancean hasta la muerte... ¿qué país es este que se divierte con el sufrimiento de un animal?




Quiero que se acaben los toros, que hagan un referendum para que los millones de españoles que estamos contra las corridas de toros podamos manifestarnos, que los que abominamos del maltrato a los animales podamos decir nuestra opinión: que todo esto es una costumbre bárbara, que nos acercamos a los cromañones, que abusamos de nuestro poder contra un ser más débil. Que no quiero formar parte de esa bárbara costumbre, en la que unos pocos se forran a dinero a costa del sufrimiento animal.



No quiero que en mi Comunidad, Madrid, me represente un consistorio o un partido político que declara esta horrible fiesta "patrimonio de la humanidad"...



Quien es capaz de hacer daño, con sadismo y publicidad, a un animal, es capaz de cualquier villanía.
Author: Blanca
•9:34
Pensábamos que los usos y costumbres que adoptó el PP en la pasada legislatura eran lo máximo que podía aguantar el cerebro humano antes de convertirse en papilla. El perenne raca-raca con el terrorismo fue tan desastroso para la convivencia pacífica de los ciudadanos, aunque no para la propia lucha antiterrorista, afortunadamente, que costaba mucho aguantar cada día la misma canción.


Lo que debería haber sido una lección inolvidable para la oposición ultra conservadora, por la forma en que volvió a perder las elecciones, con mayor distancia que las anteriores, solo fue la demostración de que no saben hacer otro tipo de oposición.

Es demasiado desagradable ver a unos políticos permanentemente cabreados, con cara de mala leche todo el día, negando cualquier cosa que se proponga o se haga por parte del gobierno, los reyes del no-no-no-no... actual raca-raca. Contradicen sus propias afirmaciones minutos despues de lanzarlas, dan con el palo a todo cuanto se mueve, siempre enfadados, siempre protestando, siempre ninguneando, siempre faltando al respeto, siempre con el dedo (de disparar) apuntando y lanzando anatemas.


La verdad, lo que se oye en la calle, en el transporte público, en el trabajo, es un gran hastío de escuchar a unos políticos siempre encrespados, nunca hablan con calma, siempre desde la irritación. No aportan más que mala baba, no apuntan ni media solución... y cuando tanto se cargan las tintas, el supuesto mensaje pierde su eficacia y la gente tiende a defender a quien tanto se agrede.


Yo, que estoy lejanísima de la ideología desagradable que transmite el PP, debería aconsejarles que siguieran igual, dando a "ZP" sin piedad, porque es lo que conviene... pero estoy con el aguante ya saturado.




La derecha (más bien la ultra derecha que es el PP) nunca ha sabido estar en la oposición y se merece seguir por los siglos de los siglos, a ver si aprenden de una vez a ser, en primer lugar, personas, en segundo lugar, políticos y por último útiles.