Quiero dejar mi homenaje de despedida a Angel González, maravilloso poeta y ovetense de corazón, como yo... nunca lo olvidó, como yo... y si pudiera... allí volvería, como ahora ha vuelto el.
¿Cómo seré yo cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos
y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome,
vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.
6 comentarios:
El mismo adios silencioso y estremecido a como era el poeta.
Bonito homenaje con ese poema Blanca.
Nos queda su voz, su palabra, y su ejemplo.
«No creo en la Eternidad. /Mas si algo ha de quedar de lo que fuimos /es el amor que pasa»
Saludos.
Fue una de las personas mas VIVAS QUE NOS PUEDE OFRECER LA SOCIEDAD... cada vez vamos quedando menos... estoy desolada...
ELEGÍA PURA
Aquí no pasa nada,
salvo el tiempo:
irrepetible
música que resuena,
ya extinguida,
en un corazón hueco, abandonado,
que alguien toma un momento,
escucha
y tira.
Me quede sin palabras al escuchar la noticia de su muerte. LLevamos una racha en que nos estan abandonando grandes personalidades
Precioso, blanca... el mejor homenaje a un poeta es regalarnos uno de sus poemas.
Ángel tuvo la suerte de ser un poeta leído y escuchado en vida. La poesía tuvo la suerte de tener Ángel como paladín incombustible en sus filas. Nosotros tenemos la suerte de gozar el idioma en que Ángel hizo gozar a la poesía, al idioma mismo y a nosotros.
Goian bego.