La desaparición del cuerpo de Saramago encima de la Tierra, no va a suponer que desaparezca lo mejor de el: su intensa búsqueda de la utopía desesperanzada, pero siempre militante.
Hoy me siento más sola que ayer, cuando ya me sentía terriblemente sola. Toda la admiración que se puede sentir hacia una persona consecuente, íntegra, necesaria, pura ética, es la que siempre residirá en mi corazón y mi cerebro.
Mi intenso dolor va a tardar en disiparse. Amigo Saramago, compañero de muchas horas de intensa lectura, camarada de cualquier tiempo al escuchar tu sentido común entre tanta basura, tu búsqueda de la justicia, tu empatía ante tanto sufrimiento inútil y perfectamente evitable.
¡Qué mierda de mundo nos está tocando vivir y además ahora sin tu pensamiento activo!
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