
Estamos en la segunda temporada de un concurso televisivo en el que el premio es un inicio de carrera profesional como modelo.
Hasta aquí todo normal. En todas las televisiones hay multitud de concursos de todo tipo: culturales o pseudoculturales, en unos se ponderan conocimientos, en otros interviene el azar, en otros se hace el ridículo y en los de más allá se observa desde el "ojo que todo lo ve" como se despellejan personas, bien en una casa, bien en una isla, bien en.... un lugar superfashion, como el que ahora comento.
Se encierra en una casa a un grupo de NIÑAS, con el bagaje fundamental de haber nacido guapas, o sea, ningún mérito por su parte. Se les enseña a mentir, a pisar a la compañera, se las humilla constantemente, se les fija el mensaje de que deben ser ultramegaguapas, que ésa es su mayor virtud, se les controla el peso, se les riñe constantemente, se las enfrenta ante las cámaras de televisión, se las obliga a ofender, se les escucha llamar "gorda" o "fea" a quien consideran dignas de esos "insultos", como si ser guapa y delgada fuera lo mejor en su vida y menosprecian a sus compañeras de, a estas alturas, suplicio.
No se les enseña nada positivo, a crías de menos de 20 años, cuando ni siquiera tienen recursos para defenderse ante los adultos que las maltratan...
Cuando hablamos del cuidado que debemos tener en la educación de nuestros hijos en la adolescencia, para que no caigan en enfermedades como la anorexia, muy de moda ahora por una campaña publicitaria a la que algunos se han opuesto, es llamativo que exista un programa en el que a nuestras adolescentes se les enseñe el culto a la guapura, a la delgadez y cuyo máximo horizonte es ser famosas.
Este concurso se puede ver en un canal de televisión que abogó en sus inicios por hacer una televisión ética, de altura, alejándose de los estereotipos a que estábamos acostumbrados en otros canales a los que esta nueva cadena despreciaba por sus contenidos amarillistas... Juraba que iba a ser una televisión culta, diferente, alejada de las bajezas a que ciertos concursos nos tienen acostumbrados.
Esta cadena de televisión se llama CUATRO, a la que desde aquí denuncio que lo único diferente que ha hecho con otras es maquillaje, ropa cara, niñas preciosas y mucho fashion... Todo lo demás es la misma porquería, con el agravante de que están manejando a unas personas sin formar aún, ofreciéndoles el famoseo, el colorín y dejándolas tiradas en las expulsiones con un daño moral, que ha sido visto por el público en toda España, que no sé si algún día podrán superar.
BRAVO POR CUATRO.