Estos animalitos hermosos, felices dentro de su hábitat aún incontaminado, saludan a los amantes de la naturaleza que los visitan en barca.

Los pingüinos te miran caminar entre ellos, son animalitos absolutamente confiados, simpáticos y enormemente prolíficos, que se dedican a pasear, dormir panza al sol, nadar y jugar con sus crías y sus parejas.

Los elefantes marinos, a pesar de su tamaño y su dificultad para moverse, encuentran muy buena compañía en su pareja, a la cual no pierden el ojo y defienden como si fueran el moro Otelo...

Los leones marinos gustan de estar panza al sol, cerquita del agua a la que se zambullen cuando les apetece, siempre están cerca de ella, rodeados por los vuelos de los cormoranes, que tienen sus nidos en las oquedades de los acantilados que rodean esta magnífica fauna que llena la Patagonia argentina y ninguno de ellos se asusta de la presencia humana porque, de momento y ojalá siempre fuera así, los visitantes van a gozar de su compañía y no a depredarlos...

Solo por verles merece la pena llegar tan lejos... puro exotismo... y disfrute de los sentidos...