•20:45
Uno de ellos , Jaime Ignacio del Burgo ha dado el primer paso.
Ahora van a venir muchos, como una cascada. Porque el tema de Irak no tiene defensa, porque yo siempre he creido en que en la derecha española tenía que haber gente con conciencia. Porque no puede haber obediencia ciega en algo tan despreciable, injusto, cruel y despiadado como esta guerra asquerosa que está dejando laminado un país que no va a volver a levantar cabeza en décadas. Porque no se puede obedecer ciegamente a un líder soberbio que no tiene la decencia de practicar una pizca de autocrítica, de aparentar siquiera algo de humildad al reconocer que se equivocó gravemente. Y su error y su contumacia está propiciando miles de muertos y ha sido causa directa en el atentado más terrible que hemos padecido en este país que tuvo la desgracia de tenerle como Presidente del Gobierno.
Porque se sigue riendo cuando habla de ello, lo que hace más imperdonable ese error histórico. Y sus acólitos defienden lo indefendible, aunque tengan que repudiar a los que hasta ahora fueron sus aliados en Navarra. Van a tener que repudiar a muchos de sus aliados, y a muchos de sus seguidores, que están ahitos de tanta mísera verborrea para tapar lo esencial: que perdieron unas elecciones por ésto y que van a perder las siguientes por no haber dado ni un pasito atrás para tomar nuevo impulso con algo de substancia.
Estoy en contra de la obediencia de partido. Es necesaria la objeción de conciencia en cualquier partido de nuestro espectro político, porque todo sería más sano, más ético y la ciudadanía lo agradecería.
Ahora van a venir muchos, como una cascada. Porque el tema de Irak no tiene defensa, porque yo siempre he creido en que en la derecha española tenía que haber gente con conciencia. Porque no puede haber obediencia ciega en algo tan despreciable, injusto, cruel y despiadado como esta guerra asquerosa que está dejando laminado un país que no va a volver a levantar cabeza en décadas. Porque no se puede obedecer ciegamente a un líder soberbio que no tiene la decencia de practicar una pizca de autocrítica, de aparentar siquiera algo de humildad al reconocer que se equivocó gravemente. Y su error y su contumacia está propiciando miles de muertos y ha sido causa directa en el atentado más terrible que hemos padecido en este país que tuvo la desgracia de tenerle como Presidente del Gobierno.
Porque se sigue riendo cuando habla de ello, lo que hace más imperdonable ese error histórico. Y sus acólitos defienden lo indefendible, aunque tengan que repudiar a los que hasta ahora fueron sus aliados en Navarra. Van a tener que repudiar a muchos de sus aliados, y a muchos de sus seguidores, que están ahitos de tanta mísera verborrea para tapar lo esencial: que perdieron unas elecciones por ésto y que van a perder las siguientes por no haber dado ni un pasito atrás para tomar nuevo impulso con algo de substancia.
Estoy en contra de la obediencia de partido. Es necesaria la objeción de conciencia en cualquier partido de nuestro espectro político, porque todo sería más sano, más ético y la ciudadanía lo agradecería.
Política
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6 comentarios:
Lo lamento, pero no me puedo fiar de ese Señor. Más bien creo que, frente al desastre electoral previsible de UPN (PP) en Navarra, las ratas son las primeras en abandonar el barco.
El problema básico que plantea el tema en cuestión es que nuestra Constitución no da ningun valor al político como tal, sino al partido como gran matriz ideológica. Poseemos un sistema de listas cerradas, e incluso con determinados sistemas para calcular escaños (la famosa ley D'Ont, que tantos quebraderos de cabeza nos ha dado). En este contexto el problema de desobedecer al partido es que el votante vota a un partido, no vota a cada diputado, por ejemplo, en particular y por sí mismo. En países como Inglaterra el contacto del candidato de tu distrito es más directo, de forma que defiende puntualmente los intereses de su comunidad y tiene mayor libertad para saltarse a la torera la disciplina de voto. Sin embargo, en nuestro sistema votamos a partidos, en bruto, con listas cerradas, lo que hace que votemos a una entidad social, el partido, a su ideología, el famoso programa, y por tanto a un ente sin conciencia real, porque la conciencia nunca es colectiva.
Esa objeción de conciencia es más fácil para un ciudadano que para un político y aun así a veces nos alineamos siguiendo consignas después de haber oído/leído argumentos contrarios convincentes.
En política, el entramado de intereses es atroz. Y a ese entramado habrá que meterle mano algún día.
Pero el caso de Aznar (y su entorno) es, sin duda, algo especial. Es importante que en el PP tomen conciencia de ello.
Yo también estoy en contra de la obediencia ciega (sea de partido o de lo que sea) porque el hombre debe ser capaz de pensar por sí mismo y no hay dos individuos iguales con las mismas opiniones sobre las cosas. Siempre hay matices.
Sin embargo, tal y como se eligen los representantes, es lo que hay.
Yo voto a quien voto porque en su conjunto, su programa electoral me satisface. Un diputado no debe "salirse del rebaño" (o debe hacerlo antes), porque no se le puede sustituír.
Me explico: yo voto PSOE, a la hora de votar una ley, van dos que se abstienen, y la ley no sale adelante. Eso no puede ser, porque a esos dos individuos les han puesto ahí votantes del PSOE. No me parece bien que se abstengan y voten en conciencia.
Modificación de la ley electoral YA.
Besos.
Me ha gustado mucho tu blog y creo que coincidimos en muchas cosas Blanca.Fijaté que hasta los diseños de nuestros blogs son iguales!.
Lo que ha hecho este buen hombre-el Burgo- ha sorprendido a muchos.
Lo que quizá le sorprenda a él son las consecuencias de sus declaraciones.. y tristemente no deberia ser asi.
Tendríamos que contar con la libertad suficiente para opiniar siempre dentro del respeto.
Un saludo.
Me ha gustado mucho tu blog ,Blanca.
Coincido contigo en muchas cosas.
Lo triste de este caso -Burgo- es no poder expresarse abiertamente sin temer las consecuencias.
Eso no es demócrata ni minimamente ético.
un abrazo.